Elizabeth Martínez Génova estaba ocupada viviendo su vida al máximo. Ella había servido en el ejército, se había graduado de la escuela de leyes, había criado a un hijo maravilloso y había pasado su tiempo libre viajando por el mundo y explorando diferentes países y culturas. Cuando su amigo Alberto Carballeira le habló acerca del seguro de vida con Beneficios en Vida, al principio dudaba. Pero después de enterarse de cómo los Beneficios en Vida le permitiría acelerar su beneficio por muerte si alguna vez se enfermaba, Elizabeth vio el valor y estableció una póliza para sí misma. No tenía idea de cuán profética terminaría siendo esa decisión.
